El ecuador del campamento llega en un miércoles donde volvemos a la rutina de los primeros días. Playa y baloncesto con los diferentes grupos divididos para aprovechar al máximo el día.
Nuestro tercer día comenzó con la misma energía y entusiasmo que los anteriores. Cada día que pasa, notamos cómo nuestro baloncesto va mejorando. Estamos empezando a entendernos más fácilmente y a comprender mejor las indicaciones de nuestros entrenadores, lo que se traduce en un juego más fluido y sobre todo en un aprendizaje más significativo.
La mañana fue el turno de los más pequeños en la playa. A pesar de un clima que no nos acompañaba del todo, aprovechamos al máximo la jornada. Disfrutamos de un emocionante partido de voleibol y roundnet, donde la diversión y la competencia sana fueron protagonistas. La risa y los ánimos de los compañeros hicieron que cada punto ganado fuera aún más especial
Después de la playa, regresamos al albergue para el almuerzo y un merecido descanso. Por la tarde, nos dirigimos a los pabellones para continuar con nuestras sesiones de entrenamiento. Seguimos perfeccionando nuestras técnicas individuales y tácticas colectivas, notando cómo cada día somos capaces de ejecutar mejores movimientos.
La tarde también incluyó una sesión de estiramientos en la piscina del albergue, ideal para relajar los músculos después de un día intenso. La gran sorpresa del día llegó por la noche: ¡noche de tiempo libre! Los monitores nos dieron la libertad de elegir nuestras actividades preferidas. Algunos optaron por hacer pulseras, otros se inclinaron por las cartas, el fútbol, y más. Fue un momento perfecto para desconectar, relajarnos y disfrutar del campamento a nuestro propio ritmo, creando recuerdos inolvidables con nuestros amigos.
Así concluyó nuestro tercer día, lleno de baloncesto, playa, juegos y tiempo libre. Seguiremos con más entusiasmo y energía, listos para aprender y disfrutar aún más. ¡Gracias por seguirnos, continuaremos informando!
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